lunes, 24 de julio de 2017

Serpiente de verano


Necesito una serpiente de verano, así como suena. Y es que no puedo dejar de pensar que en seis días me iré de vacaciones y la actualidad más rabiosa no deja de acompañarnos y se necesita ya un descanso informativo.

Porque entre las muertes de los implicados en la Gurtel y el referéndum por la independencia de no sé qué Comunidad Autónoma, estoy con el alma en un vilo, aún más cuando veranearé en un país extranjero, precisamente en uno donde hubo un referéndum secesionista que ellos mismos temían ganar.

El relax veraniego llega cuando las noticias que abren página de portadas y telediarios son las de cierta folclórica con sus líos con el fisco, las del hijo de la citada folclórica con la caterva de exmujeres que va dejando a su paso, las de la entronizada por Mediaset como princesa del pueblo (del Pueblo de Vallecas será) y por fin las mejores: las de cierto bicho aparecido en algún lugar turístico fagocitando lugareños.

Por cierto que me acercaré a uno de esos lugares, seguramente al que dio nombre a esos dulces momentos en los que no sucede nada y la prensa continua haciendo lo que más le gusta: Inventarse noticias.


jueves, 6 de julio de 2017

Se me ve el cartón




No debiste hacerme esa foto, me has hecho polvo con ello y lo peor estaba por llegar. Ayer fui a la peluquería porque el calor aprieta y el resultado fue descorazonador, el cartón asoma por todas partes, no hay remedio que valga ¿o sí?

Internet es mi consuelo y mi salvación. Página: Cinco consejos para disimular el cartón (sic)

  1. Peluquín

¡Ni hablar del peluquín! Se nota un huevo que llevas el pelo de otro y pasas el día pensando que todos te miran y piensan “mira, un calvo arrepentido” Cuando llueve y hace viento imposible salir con él a la calle.





  1. Peinar hacia delante

Va a ser que no. En mi caso sería peinar hacia atrás pues mi flequillo lo mantengo, cada vez más retraído hacia las alturas del cráneo, pero no, no me veo, además con viento el problema existe.




  1. Peinar hacia un lado

No me veo como Pepe Oneto o Lucas Grijander, debe de ser muy molesto acomodarse los pelánganos cada dos por tres y a la postre el resultado es patético.





  1. Cortar al 1

¡Vaya solución! Así estoy ya, pero con el cartón reluciendo, si lo que pasa es que con esta solución lo mejor sería embadurnarme de betún la coronilla y así disimular el resultado.



  1. Los polvos mágicos

Mi gozo en un pozo. Pensaba que sería algo así como la dieta del cucurucho, pero no, la página te da un enlace que te lleva a una empresa que comercializa unas fibras voluminizadoras. Se trata de unos componentes microscópicos de queratina que se adhieren al cabello gracias a su carga electrostática y te hacen parecer Sansón. Se aplican fácilmente (unos toquecitos sobre las zonas más despobladas, masaje para repartir bien las partículas y magia), son resistentes al viento y a la lluvia, y se eliminan al lavar el cabello. Tiene pinta de ser caro ¿quién sabe?


 

Por mi parte lo tengo decidido, me haré fraile franciscano, me tonsuraré que leve será el esfuerzo y así enclaustrado en mi cartuja huiré del mundo lleno de prejuicios contra los pobres alopécicos.


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