No debiste hacerme esa foto, me has hecho polvo
con ello y lo peor estaba por llegar. Ayer fui a la peluquería porque el calor
aprieta y el resultado fue descorazonador, el cartón asoma por todas partes, no
hay remedio que valga ¿o sí?
Internet es mi consuelo y mi salvación.
Página: Cinco consejos para disimular el cartón (sic)
- Peluquín
¡Ni hablar del peluquín! Se nota un huevo
que llevas el pelo de otro y pasas el día pensando que todos te miran y piensan
“mira, un calvo arrepentido” Cuando llueve y hace viento imposible salir con él
a la calle.
- Peinar hacia delante
Va a ser que no. En mi caso sería peinar
hacia atrás pues mi flequillo lo mantengo, cada vez más retraído hacia las
alturas del cráneo, pero no, no me veo, además con viento el problema existe.
- Peinar hacia un lado
No me veo como Pepe Oneto o Lucas Grijander,
debe de ser muy molesto acomodarse los pelánganos cada dos por tres y a la
postre el resultado es patético.
¡Vaya solución! Así estoy ya, pero con el
cartón reluciendo, si lo que pasa es que con esta solución lo mejor sería
embadurnarme de betún la coronilla y así disimular el resultado.
- Los polvos mágicos
Mi gozo en un pozo. Pensaba que sería algo
así como la dieta del cucurucho, pero no, la página te da un enlace que te
lleva a una empresa que comercializa unas fibras voluminizadoras. Se trata
de unos componentes microscópicos de queratina que se adhieren al cabello
gracias a su carga electrostática y te hacen parecer Sansón. Se aplican
fácilmente (unos toquecitos sobre las zonas más despobladas, masaje para
repartir bien las partículas y magia), son resistentes al viento y a la lluvia,
y se eliminan al lavar el cabello. Tiene pinta de ser caro ¿quién sabe?
Por mi parte lo tengo decidido, me haré
fraile franciscano, me tonsuraré que leve será el esfuerzo y así enclaustrado
en mi cartuja huiré del mundo lleno de prejuicios contra los pobres
alopécicos.
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